Dice un proverbio popular que una persona a la que confrontaste no recuerda qué le dijiste, ni dónde se lo dijiste, pero sí cómo se lo dijiste. La forma en que decimos las cosas es parte fundamental de la comunicación, especialmente cuando hay conflictos y tensiones. 

Para modelar actitudes, liderar un equipo o generar un crecimiento familiar, necesitamos habilidades que muchas veces no hemos cultivado suficientemente a lo largo de la vida. No siempre sabemos escuchar profundamente y más de una vez nos ha ganado la impulsividad a la hora de expresar lo que sentimos o pensamos. 

Este taller busca entregar algunas herramientas teóricas y prácticas para cultivar mejores capacidades de escucha y de manejo de conversaciones difíciles. El diálogo y los ejercicios prácticos de confrontación nos ayudarán a ser mejores agentes de crecimiento en los lugares en que nos toca estar.