Los llamados “años dorados” son una etapa compleja en la vida. En los primeros años nuestro desafío fue instalarnos en el mundo, conquistarlo: elegimos pareja, nos desarrollamos en lo laboral, tuvimos hijos, etc. En la edad más madura muchas cosas cambian: los hijos crecen y se van, los años de matrimonio a ratos pesan y se necesita un ajuste, nuestros padres han envejecido y deambulamos entre cuidarlos a ellos y a nuestros hijos (o nietos, incluso). Aparecen las primeras limitaciones físicas y sentimos un desierto espiritual. Es la crisis de la edad madura. Es una crisis de sentido, una vorágine interna que nos lleva a un territorio desconocido. Pero también, es una etapa que nos abre a la posibilidad de darle un nuevo sentido al tiempo que queda. El desafío es reformular una nueva imagen de sí mismo, poner mayor énfasis en aspectos físicos, emocionales y espirituales, cuidarse de mejor forma en lo físico, amar con más autenticidad, crecer en sabiduría; tal vez, conocer a un Dios desconocido hasta ahora, etc. Este taller te invita a desarrollar herramientas para pasar de la conquista del mundo a la conquista de uno mismo desde una mirada médica, psicológica y espiritual cristiana.