Muchas personas han crecido con una imagen de Dios marcada por el miedo, la culpa y la obediencia ciega. Este taller nace del deseo profundo de ayudar a sanar esa herida espiritual. Se trata de redescubrir la fe en el Dios de Jesús desde sus raíces más verdaderas: el amor gratuito de un Dios que no controla no castiga ni exige sacrificios, sino que llama a la plenitud, a la libertad y al gozo.

Este camino de diez sesiones propone una experiencia de desaprendizaje: soltar la religiosidad que oprime y abrirse al misterio del Dios de Jesús, aquel que toca las heridas, se sienta con los excluidos y revela que lo divino no es poder sino ternura. Con un enfoque teológico y espiritual, la propuesta invita a un proceso de liberación interior y a una fe adulta, movida por la compasión, la escucha y la libertad interior.

Está dirigido a quienes aún creen, pero también a quienes ya no saben si pueden creer, a quienes dudan, buscan, o simplemente intuyen que Dios no puede ser lo que les enseñaron.