El conflicto en la Iglesia católica se ha agudizado en estos últimos años, con tendencias a retornos “nostálgicos” a la Iglesia preconciliar, incluso en formas ya claramente de rechazo del Concilio. Por otra parte, la cultura va avanzando sin cesar y las Reformas emprendidas por el Concilio resultan a menudo insuficientes o estancadas. El próximo año 2025, a 60 años de terminado el Concilio Vaticano II, se celebrarán los 1.700 años del Primer Concilio Ecuménico en Nicea. Y en este mes de octubre 2024 culminará el Sínodo de la Sinodalidad convocado por el Papa Francisco. Todo ello hace pertinente una reflexión profundizada de lo que implican las Reformas asumidas por el Concilio Vaticano II como criterio Supremo de interpretación de la fe cristiana y católica, vigente en la Iglesia de hoy.